Los procedimientos de un funcionario judicial

Tenemos como juez de subdelegación de esta comuna á don Bernardo Montero, cuya vida y antecedentes son de todos conocidos para que nos detengamos á manifestarlos, y queremos sólo hacer una pequeña relación de algunos de sus procedimientos como funcionario público, tocando de paso algo que ha trascendido á la sociedad de este pueblo, como á la de Santiago y otras ciudades de la República, por el escándalo que ha constituído.

Nuestros lectores conocen el último atentado urdido en contra de una persona que, por lo menos, debiera haber sido respetada por su edad, si no se le conocía el carácter de autoridad que investía y el que, para ejecutar el acto, se vició la propiedad ajena, introduciéndose hasta el fundo, de ofendido; y han ellos dejado caer ya sobre el culpable el peso de la censura y de la condenación públicas, á que tan justamente se ha hecho acreedor.

El nombramiento de este jóven para administrar justicia en esta subdelegación, no pudo haber sido más desgraciado, ya que se trata de una persona enteramente inadecuada para el cargo que desempeña, por no contar con ninguno de los requisitos necesarios para tan delicado puesto.

Damos á continuación un documento emanado de su pluma y un denuncio telegráfico, dejando otros, que cobran en nuestro poder, para mejor oportunidad; los cuales dan la medida de los puntos que, nuestro protagonista, calza en materia de criterio de justicia, de instrucción y de sentimientos humanitarios. Su lectura nos produce risa; pero también nos produce vergüenza. Lo primero; porque esos pocos disparates dichos y ejecutados en tono doctoril, demuestran una ignorancia supina en asuntos judiciales y conforman el adajio que reza que “la ignorancia es atrevida”. Lo segundo; porque tales procedimientos deshonran á esta comuna, y con razón, los que no la conocen, podrían decir que, si el juez anda así, cómo andarán los demás?

Nos parece que este es un motivo de vergüenza y un insulto para todos los hombres cuerdos y honrados de esta subdelegación.

Publicamos un decreto por el cual se ordena la captura á unos individuos, por la sola petición de los interesados y sin tener ningún antecedente seguro que autorizara el procedimiento. Para muestra un botón:

San Miguel, Julio 14 de 1907.—Captúrese por la policía á Francisco García y á Silverio Marambio y redúscaseles al cuartel remachándoseles una barra de grillos, pudiendo la policía allanar la casa en que se sospeche que se encuentren esos individuos.”

¡Prisión arbitraria, remache de grillos, allanamiento jeneral: esto no necesita comentarios!

Publicamos también la siguiente reclamación telegráfica, hecha por el vecino de esta localidad, don José Luis Fuenzalida:

“Paredones, Julio 27 de 1907.—Señor Juez del Crimen.—Vichuquén.—Juez Bernardo Montero mandóme allanar ocn policia mi casa, arrebatándome ama. Tiéneme furtivamente en su poder un buey. Mandóme amenazar con ir á mi casa á flajelarme. Pido amparo y garantías á us.—José Luis Fuenzalida.

Esto no se ve en ninguna sociedad civilizada. Sólo en Paredones.

En consecuencia, por este motivo, y por el atentado referido, se trasladó el Juez del Crimen á Paredones, acompañado del Gobernador y de la policía, se impuso de la efectividad de los reclamos, y llevó así la tranquilidad á los hogares.

Tal fué la terminación de estos bochornosos sucesos que, por ser de todos conocidos, sólo hemos querido narrarlos muy á la ligera, no sin que dejemos constancia de nuestra más enérgica protesta contra la conducta del referido funcionario judicial.

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